Por más que el espíritu sea la parte más definitiva del hombre, de suyo incorruptible, no puede desconocerse que el cuerpo es también parte esencial de su ser. Desde un punto de vista ontológico, esto se ve en que si el alma racional es sustancia completa por razón de la subsistencia, no lo es por razón de la especie. El alma del hombre es un alma del cuerpo. Ya hemos visto cómo la Biblia hace hincapié en ello. El hombre ha sido puesto sobre la Tierra, en un mundo espacio-temporal, ut operaretur, para trabajar (Génesis 2,15).
Acceso sin restricciones a todo el contenido de la obra.
Sólo información contrastada de prestigiosos sellos editoriales.
Contenidos de renombrados autores y actualizaciones diarias.
La nueva plataforma del Consorcio ofrece una experiencia de búsqueda de fácil manejo y de gran usabilidad. Contiene funciones únicas que permiten navegar y realizar consultas de manera ágil y dinámica.
Convenios especiales: