En algunos animales, estado de la hembra, dispuesta para acoplarse con el macho para procrear, y época en que lo manifiesta. La duración del período de celo y el momento del año en que aparece varía de unas especies a otras, y siempre está determinado hormonalmente. Se trata, en consecuencia, de un estado fisiológico que tiene una traducción directa en el comportamiento de los individuos. En las especies gregarias, que forman manadas o rebaños, como por ejemplo los ciervos, todos los individuos maduros de una población concreta entran en celo a la vez. Se establece, de esa manera, una dura competencia entre los ejemplares reproductores, bien sean machos o hembras, que buscan perpetuar sus genes. Las manifestaciones que tienen lugar durante ese período reciben nombres distintos según las especies —berrea en el ciervo, ronca en el gamo, etc.— que suelen hacer referencia a los sonidos o las actitudes adoptadas por los animales. En general la estrategia de entrar en celo...