Características principales Usualmente tiene menos de 100 metros de elevación sobre el terreno circundante, aunque hay excepciones regionales. Suelen tener una forma redondeada y cimas suaves o romas, a diferencia de las montañas, que suelen ser más escarpadas. Las colinas pueden formarse por diversos procesos geomorfológicos: erosión de montañas o elevaciones mayores; surgencia de fallas geológicas que “arrugan” la corteza terrestre; acumulación de sedimentos por acción de glaciares (morrenas, drumlins); o montículos artificiales, creados por el ser humano (túmulos).