[Del griego crateo, firme, sólido.] Macizo antiguo de la corteza terrestre que no ha sufrido alteración alguna por la orogenia alpina. Es un vocablo que utilizó por primera vez el geólogo Stille, en 1935, para referirse a aquellas partes de la corteza terrestre que, por la consistencia de sus materiales, ya no pueden sufrir deformaciones de tipo alpino, es decir, plegamientos, aunque sí de tipo germánico. Anteriormente, el término cratógeno había sido utilizado por Kober, en 1921, para designar los viejos escudos precámbricos, tales como el Escudo Canadiense o la plataforma siberiana, en oposición al de orógeno, con el que se hacía referencia a las zonas orogénicas. Según Stille, los cratones o cratógenos se dividen en levantados y hundidos, correspondiendo los primeros a los bloques continentales, de composición esencialmente siálica, y los segundos, a las zonas oceánicas profundas, de composición fundamentalmente simática. En ellos se pueden distinguir estados...