Dios

El Dios monoteísta

En las religiones monoteístas, ser supremo, creador del universo y con poder absoluto sobre él.
El problema de Dios puede ser considerado desde tres ángulos distintos: el filosófico, el religioso y el que podríamos llamar vulgar. Desde el punto de vista filosófico se concede una gran importancia a la relación de Dios con respecto al mundo, y es concebido como un ente supremo e infinito, absoluto, fundamento de la existencia, finalidad suprema, espíritu o razón universal, principio del universo, causa primera y lo que está más allá de todo ser. El filósofo suele hacer de Dios un objeto de especulación racional, por lo que han sido muchos los filósofos que han escrito sobre el Dios abstracto, el que es racionalmente comprensible. Desde el punto de vista religioso se acentúa la relación que Dios tiene con el hombre, y es invocado como Padre que, según san Agustín, puede establecer una relación personal con el hombre mediante la revelación. De este modo, Dios es sentido como en el fondo de la propia personalidad, que al mismo tiempo se considera indigna de él. Desde el punto de vista vulgar se destaca el modo como Dios aparece en la existencia cotidiana. Estas tres ideas suelen ir unidas, aunque existe una mayor relación entre la filosófica y la religiosa. En algunos momentos predominó la idea religiosa, y se pasó de las nociones primitivas sobre las fuerzas ocultas, al animismo, después al fetichismo, y posteriormente al politeísmo, monoteísmo y panteísmo. Así, Pascal y Kant acentuaron la idea religiosa, y este último apartó la razón para dejar paso a la fe. Por su parte, Kierkegaard también destacó el aspecto religioso de Dios. En otros momentos se entrecruzan ambas ideas, y así la concepción idealista y espiritualista afirma que las religiones nacen de la idea de Dios, idea que, por otra parte, también procede de Dios, mientras que la concepción materialista asegura que las religiones sólo proceden del hombre y de la sociedad, y no hacen más que reflejar hechos de índole puramente material. Aunque en algunos autores ha predominado la idea filosófica de Dios, como en el caso de santo Tomás, Fichte, Schelling o Hegel, también hubo otros que intentaron armonizar las ideas religiosa y filosófica. Así, Leibniz no sólo concibió a Dios como mónada suprema, sino también como el padre que gobierna el mundo de los espíritus. La mayor parte de las religiones afirman que el conocimiento y la comprensión de Dios es una cuestión de intuición personal determinada por el propio Dios.

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