Don Quijote, Primera Parte: Capítulo XLIII

30/10/2025 4.303 Palabras

Don Quijote, Primera Parte: Capítulo XLIII de ' -Marinero soy de amor, y en su piélago profundo navego sin esperanza de llegar a puerto alguno. Siguiendo voy a una estrella que desde lejos descubro, más bella y resplandeciente que cuantas vio Palinuro. Yo no sé adónde me guía, y así, navego confuso, el alma a mirarla atenta, cuidadosa y con descuido. Recatos impertinentes, honestidad contra el uso, son nubes que me la encubren cuando más verla procuro. ¡Oh clara y luciente estrella, en cuya lumbre me apuro!; al punto que te me encubras, será de mi muerte el punto. Llegando el que cantaba a este punto, le pareció a Dorotea que no sería bien que dejase Clara de oír una tan buena voz; y así, moviéndola a una y a otra parte, la despertó diciéndole: -Perdóname, niña, que te despierto, pues lo hago porque gustes de oír la mejor voz que quizá habrás oído en toda tu vida. Clara despertó toda soñolienta, y de la primera vez no entendió lo que...

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