En las sociedades anteriores a la Revolución Industrial, el consumo de energía era muy bajo, a causa del estancamiento de la población, del bajo nivel de vida y del primitivismo de las técnicas de trabajo. Durante milenios se utilizaron básicamente fuentes de energía renovables: la fuerza muscular de las personas y de los animales, y la procedente de los saltos de agua (molinos hidráulicos) y del viento (molinos de viento); la madera era la principal fuente de energía calorífica.
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