Las ruinas de Nínive

03/12/2024 7.605 Palabras

Introducción «Dos escribas». Pintura mural de Til-Barsib, siglo VIII a. de C. Reproducción. Mientras en los ricos valles mesopotámicos los asirios someten a su autoridad a todos los pueblos y fundan, con el terror y la potencia de sus armas, uno de los más grandes imperios nunca vistos, en las mesetas orientales nuevas fuerzas se preparan a entrar en liza: los arios de la meseta del Irán —medos al norte y persas al sur—, divididos en tribus de pastores nómadas y de agricultores sedentarios. Llegados de las estepas de la Rusia meridional, estos hombres rudos se adaptaron sin gran dificultad a las ingratas condiciones de vida de la meseta irania. Allí, en un grandioso cuadro de montañas cubiertas de nieve —el Elburz y el Demavend—, que cierran a lo lejos el horizonte de la estepa, reina la aridez. Bajo un cielo de una pureza impecable, los hombres sufren el hielo invernal y el ardor del sol del estío. Además, cataclismos geológicos y terremotos destruyen periódicamente las frágiles realizaciones humanas.

Este sitio web utiliza cookies, propias y de terceros con la finalidad de obtener información estadística en base a los datos de navegación. Si continúa navegando, se entiende que acepta su uso y en caso de no aceptar su instalación deberá visitar el apartado de información, donde le explicamos la forma de eliminarlas o rechazarlas.
Aceptar | Más información