Mesianismo

Introducción

Doctrina relativa al mesías. 2. Fig. Confianza desmedida en un agente bienhechor que se espera. La espera mesiánica es una constante en el judaísmo. Después de haber conocido la revelación del Sinaí, el pueblo judío se asentó en la Tierra prometida y se organizó políticamente. Pero los monarcas y los jueces no siempre colmaron sus esperanzas en un reino ideal. Sobre todo después de David, el pueblo sintió la falta de un rey santo. Y los profetas mantuvieron viva esa esperanza popular de un hijo de David, como forma de reaccionar frente a un poder real débil y a menudo corrupto. Aparecieron numerosos mesías, llamándose a sí mismos el Elegido de Dios. Uno de esos mesías tuvo un destino único: Jesús de Nazaret. Entonces apareció otro tipo de mesianismo entre los cristianos: la espera de la vuelta de Jesús que debe instaurar en la Tierra el reino de Dios. A lo largo de estos dos mil años nacieron numerosos movimientos mesiánicos en las distintas Iglesias cristianas. Así, en Europa en la Edad Media, y en Norteamérica en los ss. XVIII y XIX. Se dieron también numerosos fenómenos mesiánicos en África (v. [kimbanguista]), en Brasil y en Oceanía, a menudo como reacción contra la dominación extranjera.

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