Música gregoriana

Introducción

Durante los primeros siglos del cristianismo, el canto litúrgico recibe el nombre de «canto cristiano», «música cristiana». Este canto sagrado, limitado a la Iglesia romana, recibió también el nombre de canto romano, para distinguirlo del oriental. Desde la época carolingia y desde el Medievo, la expresión canto gregoriano significa el repertorio del canto litúrgico de la Iglesia romana; en este sentido fue también conocido con el nombre de cantilena romana. Con la práctica de la polifonía durante el s. XIII, aparece con el nombre de cantos planus (música plana), para distinguirlo de la musita figurata o polifónica. Todo indica que en el repertorio romano se halla un fondo pregregoriano, muy arcaico, con elementos musicales de Oriente y Occidente; un fondo gregoriano compuesto en torno a la época de S. Gregorio Magno (m. 604), que trabajó tanto por la reforma litúrgica y su canto sagrado; otro de posgregoriano que constituye el corpus central, escrito durante los s. VIII y IX y en siglos posteriores, imitando las características del canto romano. Todo lo expuesto nos señala que el repertorio del canto gregoriano fue terminado hace ya siglos, y que no es posible aumentarlo ni modernizarlo.

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