Aplicaciones principales La economía y la estadística es el ámbito donde más se emplea. Se utiliza para calcular indicadores como la renta per cápita: el ingreso medio por persona en un país o región, calculado dividiendo el Producto Interior Bruto (PIB) entre el número de habitantes; el consumo per cápita: el consumo medio de un bien o servicio (por ejemplo, energía, alimentos, agua) por persona en un periodo determinado; y otros conceptos como el ingreso per cápita, gasto per cápita, producción per cápita, etc., esto es, cualquier variable total que se quiera expresar como promedio por persona. Estos usos permiten comparar el nivel de vida, riqueza o consumo entre países, regiones o periodos, ajustando los datos al tamaño de la población.