Historia El nombre con que popularmente se conoce a la prestidigitación, magia, hace referencia a la creencia que se tenía en la antigüedad de que aquélla estaba relacionada con fuerzas y seres sobrenaturales, lo que era aprovechado por falsos magos y hechiceros para atraerse a los crédulos espectadores. Ya en la edad media, sin embargo, la prestidigitación se convirtió en un entretenimiento practicado por juglares y feriantes, y se la llamaba magia blanca, natural o simulada para distinguirla de las que se consideraban auténticas prácticas mágicas. A lo largo de los siglos XV y XVI se utilizó en Francia el término prestigior, prestigiador, para denominar al que realizaba juegos de manos -prestigios- y otros trucos.